La atención a la diversidad, por parte de los Centros educativos, implica tener en cuenta las necesidades educativas de todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa.
Existen dos conceptos que debemos aclarar para entender este nuevo planteamiento del concepto de diversidad.
Por un lado, el de Integración Escolar: permite a los alumnos con discapacidades participar del aprendizaje junto con los demás alumnos en el ámbito de una escuela común.
Y por otro lado, la Educación Inclusiva: hace referencia al modo en que se debe dar respuesta en la escuela a la diversidad. Es un término que surge en los años 90 y pretende sustituir al de integración, hasta ese momento dominante en la práctica educativa. Su supuesto básico es que hay que modificar el sistema para responder a todos los alumnos, en vez de entender que son los alumnos quienes se tienen que adaptar al sistema, integrándose en él.
Existen dos conceptos que debemos aclarar para entender este nuevo planteamiento del concepto de diversidad.
Por un lado, el de Integración Escolar: permite a los alumnos con discapacidades participar del aprendizaje junto con los demás alumnos en el ámbito de una escuela común.
Y por otro lado, la Educación Inclusiva: hace referencia al modo en que se debe dar respuesta en la escuela a la diversidad. Es un término que surge en los años 90 y pretende sustituir al de integración, hasta ese momento dominante en la práctica educativa. Su supuesto básico es que hay que modificar el sistema para responder a todos los alumnos, en vez de entender que son los alumnos quienes se tienen que adaptar al sistema, integrándose en él.
Existen distintos programas de atención a la diversidad para responder a las necesidades de determinados grupos de alumnos:
- El programa de integración para atender a los alumnos con necesidades educativas especiales.
- El programa de educación compensatoria para atender al alumnado que se encuentra en situación de desventaja social, bien sea por su pertenencia étnica u origen cultural o por su situación socioeconómica.
A pesar de que estos programas responden a necesidades educativas concretas que no podemos obviar, lo cierto es que las personas difieren en muchas otras dimensiones. Lo que nos lleva a admitir que la diversidad en las aulas debería ser considerada no sólo en función de los grupos culturales diferentes presentes en ella, o de los niños con necesidades educativas especiales, sino atendiendo a las áreas de diversidad que configuran las identidades de todos los que allí se encuentran, conviven y trabajan.
- El programa de integración para atender a los alumnos con necesidades educativas especiales.
- El programa de educación compensatoria para atender al alumnado que se encuentra en situación de desventaja social, bien sea por su pertenencia étnica u origen cultural o por su situación socioeconómica.
A pesar de que estos programas responden a necesidades educativas concretas que no podemos obviar, lo cierto es que las personas difieren en muchas otras dimensiones. Lo que nos lleva a admitir que la diversidad en las aulas debería ser considerada no sólo en función de los grupos culturales diferentes presentes en ella, o de los niños con necesidades educativas especiales, sino atendiendo a las áreas de diversidad que configuran las identidades de todos los que allí se encuentran, conviven y trabajan.
De este modo, habrá que considerar la existencia de diversidad en las aulas en función de:
1- LAS DIFERENCIAS RACIALES, DE LA PERTENENCIA A UNA ETNIA Y CULTURA.
Todos tenemos una cultura y un origen, una historia y unas costumbres, creencias, actitudes y comportamientos que nos orientan en la vida, por lo que una determinada clase social nos diferencia de los demás, no sólo por los diferentes puntos de partida en el ámbito socioeconómico, sino por las señas de identidad cultural que esta pertenencia impone al individuo
2- LA PERTENENCIA A DIFERENTES TIPOS DE ESTRUCTURAS FAMILIARES.
3- LA DIFERENCIA EN FUNCIÓN DE LAS DIFERENCIAS DE GÉNERO E INCLUSO DE LA ORIENTACIÓN SEXUAL
En resumen, la diversidad en el ser humano es compleja y múltiple, y esta realidad encuentra un espacio privilegiado en la ESCUELA, donde además se hacen especialmente significativas aquellas diferencias ligadas a las destrezas y a la capacidad, a los estilos y a los ritmos de aprendizaje, y a los intereses y a las motivaciones.
1- LAS DIFERENCIAS RACIALES, DE LA PERTENENCIA A UNA ETNIA Y CULTURA.
Todos tenemos una cultura y un origen, una historia y unas costumbres, creencias, actitudes y comportamientos que nos orientan en la vida, por lo que una determinada clase social nos diferencia de los demás, no sólo por los diferentes puntos de partida en el ámbito socioeconómico, sino por las señas de identidad cultural que esta pertenencia impone al individuo
2- LA PERTENENCIA A DIFERENTES TIPOS DE ESTRUCTURAS FAMILIARES.
3- LA DIFERENCIA EN FUNCIÓN DE LAS DIFERENCIAS DE GÉNERO E INCLUSO DE LA ORIENTACIÓN SEXUAL
En resumen, la diversidad en el ser humano es compleja y múltiple, y esta realidad encuentra un espacio privilegiado en la ESCUELA, donde además se hacen especialmente significativas aquellas diferencias ligadas a las destrezas y a la capacidad, a los estilos y a los ritmos de aprendizaje, y a los intereses y a las motivaciones.
Por lo tanto, la Escuela no puede ofrecer una respuesta homogénea e igualitaria, sino que debe tener la cualidad de la versatilidad y atender a toda la diversidad que la integra: los alumnos desfavorecidos, los alumnos con necesidades educativas especiales, los alumnos extranjeros, los alumnos con problemas en la convivencia (comportamientos inadecuados), los alumnos que no estudian, etc. En cada uno de estos grupos existe la desigualdad, por lo que reconocer y respetar las diferencias individuales es el primer paso para hacer frente a la misma y evitar la discriminación.
La educación en nuestra sociedad debe entender la diversidad como una fuente de enriquecimiento personal y de este modo se entenderá la forma de enseñanza desde la inclusión, no desde la integración.
Para construir una comunidad solidaria en las que las escuelas sean inclusivas y no generadoras de desigualdades es necesario el esfuerzo de todos los sectores implicados en la educación (profesores, familias, alumnos, sociedad y política educativa), solamente un compromiso compartido y la participación responsable de cada miembro de la Comunidad conseguirá que exista una inclusión real.
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