martes, 19 de abril de 2016

COMUNICACIÓN EMOCIONAL

COMUNICACIÓN desde 
la EMPATÍA EMOCIONAL 

No sólo es importante definir, conocer e identificar las emociones y los sentimientos, sino que también hemos de aprender a comunicar cómo nos sentimos, evitando las respuestas impulsivas e inconscientes. 

Debemos aprender a canalizar la agresividad a través de la respuesta verbal y utilizar estrategias de comunicación asertiva.

 
DECLARACIONES IRRACIONALES 

En la comunicación intervienen nuestros pensamientos, por lo que antes de comunicarnos es importante que identifiquemos si nuestras creencias son irracionales. Es decir, debemos de reconocer y revisar nuestro propio pensamiento para regular nuestra conducta a través de pensamientos racionales.

Un ejemplo de creencias irracionales que activan la ira son:

Irracionales: 

Es terrible que haya gente que me trate de esta manera; no lo puedo tolerar; de ninguna forma pueden tratarme así; son personas malas y deberían ser sancionadas y castigadas.

Racionales: 

Cada uno hace lo mejor que puede y sabe; tengo que respetar sus humores porque a lo mejor no ha tenido un buen día; quizás cuando se relaje y se calme lo vea desde otra perspectiva; como no me gusta que me traten así, me distancio, comunicando que desde el enfado no quiero hablar con nadie, y cuando se calme, hablaremos más tranquilamente, desde el amor; no es que sea mala persona, estamos aprendiendo, me está conociendo, y me ha dicho esto porque no entiende bien mi postura.



EXPRESIÓN DESDE LA QUEJA CONSTRUCTIVA

Es muy importante resolver las situaciones conflictivas a través del diálogo. Ahora bien, es necesario clarificar que las quejas acerca de los demás deben de estar justificadas. No puedo quejarme simplemente porque tengo un mal día o no me salen las cosas como quiero. 






También hay que elegir el momento, lugar y persona adecuados para transmitir la queja. Nuestra actitud debe ser de calma y tranquilidad en el momento de expresarla, para que el destinatario esté más receptivo y así nos pueda entender con claridad, ya que si hablamos desde el enfado, lo más seguro es que sea doloroso para alguno de los dos o para ambos, y acabe mal la situación. 

Tenemos que ser conscientes de que los enfados tienen consecuencias, y éstas son nuestra responsabilidad.


Los pasos necesarios para transmitir una queja son: 

- Describir la situación/problema lo más detallada y objetivamente posible.

- Comprender que hay que clarificar el conflicto para resolverlo.

- Expresar al otro lo que siente ante la situación.

- Explicar al otro cómo le gustaría que le hubiesen tratado.

- Identificar y expresar el beneficio mutuo que se obtendría solucionando el conflicto de esta manera pacífica.

- Llegar a un acuerdo basado en el amor donde todos salgamos ganando algo.


Cuando comuniquemos una queja, debemos de hablar desde el “yo”, no desde el “tú”. Por ejemplo, en lugar de decir: “Eres irritante” (centrado en el tú), es mejor decir: “Me siento irritado cuando me hablas así” (centrado en el yo).

Es importante transmitir la idea de que la queja no debe servir simplemente para descargar la rabia, sino que debe de llevar implícita un aprendizaje. Por ello, pondremos el énfasis en el beneficio mutuo de la solución que se adopte. 


Es mejor no quejarse de las cosas que no podamos cambiar, porque lo único que conseguiremos es crear un ambiente de negatividad.

En estos casos, lo mejor es explicar cómo nos sentimos desde el yo y trasmitir cómo nos gustaría que fueran las cosas, tratando de entender la posición de los demás para llegar a un consenso. 

La queja, nos da una señal de que algo no va bien, de que no entendemos la posición de otros, o simplemente no estamos de acuerdo. Y para que nadie se sienta diferente de forma negativa, debemos de entender que es maravillosa la diversidad que somos, pero tenemos que ponernos de acuerdo desde la paz para poder convivir en armonía.

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